Exuma, II (1970)
Aldea: (del árabe) Pueblo de corto vecindario y, por lo común, sin jurisdicción propia.
Anthony McKay era un nigromante que vivía en la Isla del Gato en las Bahamas, que acompañado por su banda de Junkanoo recreaba en voces graves, alaridos, invocaciones, danzas de esqueletos y voces de féminas que pasan del día a la noche, el espíritu más libre y tribal de la naturaleza. Los dos rituales se sostienen entre campanillas, cascabeles, pitos, múltiples percusiones, animales, bichitos y una guitarra acústica que intenta brillar timidamente entre la folkclórica locura y la calma más absoluta. En la búsqueda del espíritu de Joseph Spence, la fusión, el folk tropical, el calypso, áfrica, la sátira y el surrealismo se encuentran: I o 'The Obeah Man' , que es una jungla espesa en la que viven chamanes y se practica el vudú y los animales gritan al son de los ritmos improvisados cobijados a la sombra de psych-soul, mientras para II, deciden relajarse ligeramente y mirar un poco a la luna antes de que deje paso al sol, sentados junto al mar siguen llamando a los vivos y muertos pero también gritan a la naturaleza en místicas e íntimas oraciones de gospel y soul con el sonido del mar y los coros femeninos.
Sólo por las canciones que abren sendos discos merece la pena, mirar las maravillosas portadas ya invita a pasar pero a poco que se escarbe en la arena todo lo que se descubre es bonito. Exuma serían la banda sonora indicada para f. al caer el sol. Música infecciosa e indescriptrible que se puede sentir porque no tiene ataduras. Para colocar al lado del 'Remedies' de Dr. John, y podrás porque están reeditados.